LOS JÓVENES PREGUNTAN
¿Qué puedo hacer para no caer en el agotamiento extremo?
¿Sientes que ya no puedes más? Entonces, este artículo es para ti.
¿Qué podría llevarte hasta ese punto?
Estar sobrecargado. Una chica llamada Julie comenta: “En todo lo que hacemos, siempre se nos dice que debemos seguir mejorando, superarnos a nosotros mismos, ponernos objetivos más altos y conseguir mejores resultados. ¡Es muy difícil vivir con esa presión!”.
La tecnología. Con los teléfonos, tabletas y otros dispositivos electrónicos estamos disponibles prácticamente las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esto puede hacer que sintamos tanto estrés que terminemos fundidos.
Dormir poco. Una joven que se llama Miranda dice: “La escuela, el trabajo y el tiempo libre hacen que mucha gente joven entre en el círculo vicioso de levantarse temprano y acostarse tarde”. Este hábito podría llevarnos al agotamiento extremo.
¿Por qué debes tener cuidado?
La Biblia nos anima a ser trabajadores (Proverbios 6:6-8; Romanos 12:11). Pero no nos dice que trabajemos tanto que descuidemos todo lo demás, como nuestra salud.
“Una vez me di cuenta de que no había comido nada en todo el día por estar demasiado ocupada atendiendo todas las responsabilidades que había aceptado. Aprendí que no es bueno decir que sí a todo lo que me piden, y menos si eso afecta a mi salud” (Ashley).
Con razón, la Biblia dice: “Un perro vivo está en mejor situación que un león muerto” (Eclesiastés 9:4). Cuando te exiges mucho puedes sentir que eres fuerte como un león, al menos durante un tiempo. Pero, si llegas al agotamiento extremo, podrías tener problemas de salud muy graves.
Lo que puedes hacer
Aprende a decir que no. La Biblia dice: “La sabiduría está con los modestos” (Proverbios 11:2). Una persona es modesta cuando reconoce sus límites y no acepta más responsabilidades de las que puede cumplir.
“Las personas que no saben decir que no y que intentan cumplir con todo lo que se les pide son las víctimas favoritas del agotamiento extremo. Eso no es ser modesto. Y, tarde o temprano, las llevará al límite del agotamiento” (Jordan).
Descansa lo suficiente. La Biblia dice: “Mejor es un puñado de descanso que un puñado doble de duro trabajo y esforzarse tras el viento” (Eclesiastés 4:6). Se ha dicho que dormir es “alimentar el cerebro”. Los jóvenes deberían dormir de ocho a diez horas todas las noches, pero la mayoría de ellos no lo hace.
“Antes, cuando tenía la agenda repleta de cosas que hacer, no dormía lo suficiente. Pero, a veces, solo necesito dormir una hora extra para ser más productiva y sentirme más contenta al día siguiente” (Brooklyn).
Organízate. La Biblia dice que para que nos vaya bien hay que hacer planes (Proverbios 21:5). Aprender a organizar tu tiempo y decidir la cantidad de actividades que puedes realizar es algo que te servirá toda la vida.
“Gran parte del estrés que nos provocamos se puede evitar usando una agenda. Cuando ves tu horario en una agenda, es más fácil saber qué cambios debes hacer para no acabar agotado” (Vanessa).