TEMA DE PORTADA | USTED PUEDE SER AMIGO DE DIOS
¿Hace lo que Dios le pide?
“Si necesitas algo, no tienes más que pedírmelo y puedes darlo por hecho.” Seguro que eso no se lo diría a un completo desconocido o a alguien a quien apenas conoce. En cambio, no tendría absolutamente ningún problema en decírselo a un buen amigo, lo cual es lógico, pues todos deseamos ayudar a nuestros amigos y hacer lo que nos piden.
La Biblia nos enseña que Jehová tiene la costumbre de hacer cosas para que sus siervos disfruten más de la vida. Por ejemplo, el rey David, que era un buen amigo de Dios, afirmó: “Muchas son las maravillas que tú has hecho y las consideraciones que nos tienes [...;] son más de las que puedo contar” (Salmo 40:5, Dios habla hoy, 2002). Pero Jehová va más allá, pues hace cosas buenas hasta por quienes ni siquiera lo conocen. Llena “por completo sus corazones de alimento y de alegría” (Hechos 14:17).
No nos pesa hacer cosas por las personas a las que amamos y respetamos
Puesto que a Jehová le gusta complacernos a nosotros, es razonable que nosotros nos esforcemos por complacerlo a él (Proverbios 27:11). La pregunta es: ¿qué tenemos que hacer para agradar a Dios? La respuesta la encontramos en la Biblia: “No olviden el hacer bien y el compartir cosas con otros, porque dichos sacrificios le son de mucho agrado a Dios” (Hebreos 13:16). ¿Quiere decir eso que para alegrar a Jehová basta con hacer el bien y ser generosos con los demás?
No, eso no es suficiente. La Biblia nos asegura que “sin fe es imposible serle de buen agrado” a Dios (Hebreos 11:6). También destaca que Abrahán llegó a ser conocido como “amigo de Jehová”, pero solo después de haber puesto fe en él (Santiago 2:23). Además, Jesucristo dijo que para recibir la bendición de Dios es indispensable tener fe (Juan 14:1). Entonces, ¿cómo puede usted cultivar la fe que Dios busca en sus amigos? Un primer paso sería acostumbrándose a estudiar la Biblia. Así sabrá qué es lo que él le pide y podrá agradarlo en todo lo que haga. Si se esfuerza por conocerlo bien y por obedecerlo, su fe crecerá y él se acercará más a usted (Colosenses 1:9, 10).