Usted puede vencer las tentaciones
“Yo no quería ver pornografía, pero un día, mientras estaba navegando por Internet, me salió un anuncio y sin saber por qué, lo abrí.” (CARLOS) *
“En el trabajo, una chica muy guapa comenzó a coquetear conmigo. Entonces me dijo que fuéramos a un hotel a ‘divertirnos un rato’. Enseguida me di cuenta de sus intenciones.” (DYLAN)
“PUEDO resistirlo todo, menos la tentación.” Estas palabras irónicas expresan lo que hay en el corazón de algunas personas: el deseo de caer en la tentación. En cambio, otras quisieran poder vencer a este incansable enemigo. ¿Qué piensa usted? ¿Deberíamos luchar contra la tentación, o rendirnos ante ella?
Claro está, no todas las tentaciones provocan problemas serios. Por ejemplo, comerse una galletita de más no le arruinará la vida a nadie. Pero ceder a otros deseos, como el de cometer inmoralidad sexual, puede tener consecuencias graves. La Biblia dice en Proverbios 6:32, 33 que quien comete adulterio es un insensato y se está arruinando la vida.
¿Cómo debería reaccionar ante una tentación inmoral? La Biblia responde: “Esto es la voluntad de Dios: la santificación de ustedes, que se abstengan de la fornicación; que cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso [o sea, controlar su propio cuerpo] en santificación y honra” (1 Tesalonicenses 4:3, 4). ¿Cómo puede cultivar esa fuerza de voluntad? Dando tres pasos. Veamos cuáles son.
Paso 1: Tenga cuidado con lo que ve
Ver imágenes provocativas alimenta los malos deseos. Jesús confirmó la conexión que hay entre ver y desear; él dijo: “Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. Y hablando en sentido figurado, añadió: “Si ese ojo derecho tuyo te está haciendo tropezar, arráncalo Mateo 5:28, 29). ¿Cuál es el punto? Que para resistir la tentación hay que actuar con decisión y dejar de mirar imágenes provocativas al instante.
y échalo de ti” (Pongamos un ejemplo. Imagínese que alcanza a ver la llama de una soldadora. ¿Se quedaría mirándola? Desde luego que no; apartaría la vista o se protegería los ojos. De igual modo, si ve una imagen erótica —en papel, en pantalla o en vivo— aparte la vista de inmediato. Proteja su mente. Juan, quien fue adicto a la pornografía, dice: “Cuando veo a una mujer guapa, siento la tentación de mirarla dos o tres veces; pero me obligo a mirar a otro lado y me digo: ‘¡Ora a Jehová! ¡Tienes que orar ahora mismo!’. Al terminar, el deseo empieza a desaparecer” (Mateo 6:9, 13; 1 Corintios 10:13).
Piense también en lo que dijo el fiel Job: “Un pacto he celebrado con mis ojos. Por eso, ¿cómo pudiera mostrarme atento a una virgen?” (Job 31:1). Tome la determinación de hacer lo mismo.
Una sugerencia: Si en algún momento se topa con una imagen erótica, aparte la vista enseguida. Imite al escritor bíblico que le pidió a Dios: “Haz que mis ojos [...] no vean lo que es inútil” (Salmo 119:37).
Paso 2: Tenga cuidado con lo que piensa
Como todos somos imperfectos, a veces tenemos que batallar con deseos impropios. La Biblia declara: “Cada uno es probado al ser provocado y cautivado por su propio deseo. Entonces el deseo, cuando se ha hecho fecundo, da a luz el pecado” (Santiago 1:14, 15). ¿Cómo podemos evitar caer en esta trampa mortífera?
Si le vienen malos pensamientos, recuerde que usted puede decidir cómo va a reaccionar. Luche contra ellos. Arránquelos de su mente. No deje que las fantasías sexuales se apoderen de su cabeza. Tomás, quien veía pornografía por Internet, comenta: “Me esforzaba por sacar los malos pensamientos de mi mente pensando en cosas buenas. No fue fácil. Sufrí muchas recaídas, pero con
el tiempo aprendí a controlar mis pensamientos”. Elsa, que de joven tuvo una lucha constante con la tentación, recuerda: “Estar ocupada y orar a Jehová me ayudó a mantener a raya los malos pensamientos”.Una sugerencia: Ore tan pronto como lo asalten los pensamientos inmorales. Piense en “cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza” (Filipenses 4:8).
Paso 3: Tenga cuidado con lo que hace
Cuando se juntan el deseo, la tentación y la oportunidad, suele haber problemas (Proverbios 7:6-23). ¿Qué debe hacer para protegerse?
La Biblia da este sabio consejo: “Sagaz es el que ha visto la calamidad y procede a ocultarse, pero los inexpertos han pasado adelante y tienen que sufrir la pena” (Proverbios 22:3). Por lo tanto, vigile sus pasos. También prevea las situaciones peligrosas y evítelas (Proverbios 7:25). Felipe pudo vencer su adicción a la pornografía. Él comenta: “Puse la computadora donde todos pudiéramos verla e instalé un filtro de Internet. Solo me conecto cuando hay alguien más en la casa”. Tomás, mencionado anteriormente, dice: “No veo películas que contengan imágenes sensuales y evito la compañía de personas que hablan de sexo con vulgaridad. No quiero exponerme al peligro”.
Una sugerencia: Examine sus debilidades con objetividad y piense de antemano cómo evitará situaciones que pudieran exponerlo a la tentación (Mateo 6:13).
¡NO SE RINDA!
¿Y si cede a la tentación a pesar de sus esfuerzos? No se desanime ni se rinda. La Biblia dice: “Puede que el justo caiga hasta siete veces, y ciertamente se levantará” (Proverbios 24:16). Sí, nuestro Padre celestial nos anima a levantarnos. ¿Está usted dispuesto a aceptar su ayuda? Entonces, no deje de orar ni de fortalecer su fe mediante el estudio de la Biblia. Las reuniones le harán más fácil aferrarse a su decisión. Tampoco olvide esta promesa de Dios: “Yo ciertamente te fortificaré. Yo cierta y verdaderamente te ayudaré” (Isaías 41:10).
Carlos, mencionado al principio, comenta: “Se me hizo muy difícil dejar de ver pornografía. Caí una y otra vez, pero gracias a Jehová, lo logré”. Dylan, también mencionado al principio, dice: “Fácilmente pude haberme acostado con mi compañera de trabajo, pero me mantuve firme y le dije que no. Tener la conciencia tranquila es maravilloso. Y más importante aún es saber que Jehová está orgulloso de mí”.
Si se mantiene firme y resiste las tentaciones, Jehová también estará orgulloso de usted (Proverbios 27:11).
^ párr. 2 Se han cambiado los nombres.