“Necesito otro trago”
“Necesito otro trago”
LOS problemas de Alberto con el alcohol empezaron cuando tenía 11 años de edad. * Él y sus amigos se reunían en el bosque y jugaban a imitar a los héroes de las películas. Los personajes no eran reales, pero las bebidas que tomaban sí.
Tony, sin embargo, tenía 40 años cuando empezó a abusar de la bebida. Al principio tomaba una o dos copas por las noches, luego subió a cinco o seis y, con el tiempo, perdió la cuenta de cuántas consumía a lo largo del día.
Alberto tomó medidas al respecto, pero Tony rechazó la ayuda que le ofrecían sus preocupados familiares y amigos. ¿Cuál fue el resultado? Alberto vive para contar su experiencia, mientras que Tony murió hace unos años en un accidente por conducir bajo los efectos del alcohol.
Algunos creen que bebiendo solos no hacen daño a nadie, pero se equivocan: sus excesos también afectan la vida de quienes los rodean, a menudo con terribles consecuencias. * En muchas ocasiones, el maltrato verbal y físico, las agresiones, los asesinatos y los accidentes automovilísticos y laborales, así como numerosos problemas de salud, son consecuencia de la bebida. Lo cierto es que el abuso del alcohol le cuesta a la sociedad miles de millones de dólares al año, sin contar el costo personal y emocional para el individuo y su familia.
Aun así, “no todo el que bebe con regularidad tiene un problema con el alcohol —aclaran los Institutos Nacionales de la Salud, de Estados Unidos—, ni todos los que sí lo tienen beben a diario”. Muchos no llegan a ser alcohólicos, pero han empezado a beber demasiado sin apenas darse cuenta. Otros beben en pocas ocasiones, pero cuando lo hacen, se toman más de cinco copas.
Pues bien, ¿cómo determinar si bebemos más de la cuenta? ¿Y cómo saber cuándo no debemos ‘ir por otro trago’? (Proverbios 23:29, 30, 35, La Palabra de Dios para Todos.) Los siguientes artículos contestarán estas preguntas.
[Notas]
^ párr. 2 Se han cambiado algunos nombres.
^ párr. 5 Aunque, estadísticamente hablando, el número de hombres alcohólicos es cuatro veces mayor que el de mujeres, la información aquí presentada beneficia a ambos sexos.