De padres a hijos
Josías decidió hacer lo que estaba bien
¿TE PARECE difícil hacer lo que está bien? *... Si crees que sí, no eres el único. A mucha gente le pasa lo mismo, incluso a los adultos. Pero ¿por qué cuesta tanto? Veamos el caso de Josías. ¿Sabes quién era?...
Josías fue hijo de un rey muy malo de Judá llamado Amón, quien lo tuvo a los 16 años de edad. Su abuelo Manasés también había sido un mal gobernante durante muchos años, antes de que los asirios lo capturaran y lo llevaran prisionero a la lejana Babilonia. Allí le pidió perdón a Jehová, y él lo perdonó.
Una vez libre, Manasés volvió a reinar en Jerusalén. De inmediato corrigió lo malo que había hecho y ayudó a la gente a servir a Jehová. ¿Te imaginas lo triste que debió sentirse cuando vio que su hijo Amón no imitaba sus buenas acciones? Por ese entonces nació su nieto Josías. La Biblia no dice cuánta relación tuvo Manasés con él, pero ¿no te parece probable que le enseñara la importancia de servir a Jehová?...
Josías tenía seis años cuando Manasés murió y Amón subió al trono. Este reinó por poco tiempo, pues a los dos años lo asesinaron sus propios siervos. Como consecuencia, Josías se convirtió en rey de Judá cuando solo tenía ocho años (2 Crónicas, capítulo 33). ¿Qué crees que haría Josías? ¿Seguiría el mal ejemplo de su padre, Amón, o el buen ejemplo de su arrepentido abuelo, Manasés?...
Aunque todavía era un niño, Josías ya estaba decidido a servir a Jehová. De modo que, en vez de hacerles caso a los amigos de su padre, escuchó a quienes amaban a Jehová. Tenía solo ocho años, pero sabía que es bueno escuchar a quienes aman a Dios (2 Crónicas 34:1, 2). ¿Te gustaría conocer a algunos de los buenos consejeros que tuvo Josías?...
El profeta Sofonías fue uno de ellos. Él debía ser pariente de Josías, pues parece que este profeta era descendiente del rey Ezequías, el padre de Manasés. Durante los primeros años del reinado de Josías, Sofonías escribió el libro bíblico que lleva su nombre. En ese libro profetizó lo que les pasaría a quienes no hicieran lo que estaba bien, y es evidente que Josías prestó atención a sus advertencias.
Otro buen ejemplo para él fue Jeremías. Es probable que hayas oído hablar de este profeta, pues también escribió por inspiración divina un libro bíblico con su nombre. Ambos eran jóvenes y se criaron en lugares cercanos. Se apreciaban tanto que, cuando Josías murió en una batalla, Jeremías compuso una canción para expresar su profunda tristeza (2 Crónicas 35:25). ¡Sin duda se animaron mucho el uno al otro a servir fielmente a Jehová!
Pero ¿qué puedes aprender de Josías?... Si tú tampoco tienes un padre que sirva a Jehová, ¿quién más puede hablarte de Dios? Tal vez pueda hacerlo tu madre, uno de tus abuelos u otro familiar. O quizá tu madre te dé permiso para estudiar la Biblia con otro siervo de Jehová.
Sea cual sea tu caso, imita a Josías. Como hemos visto, aunque apenas era un niño, él tenía suficiente edad para entender que solo debía hacer amigos entre los siervos de Jehová. ¡Seguro que tú también decidirás hacer lo que está bien!
^ párr. 3 Si está leyendo el artículo con un niño, haga una pausa tras los puntos suspensivos y anímelo a expresarse en sus propias palabras.