TEMA DE PORTADA | ¿VALE LA PENA SER HONRADO?
La falta de honradez nos afecta a todos
“En muchas ocasiones, mentir un poco te puede sacar de un apuro” (Samantha, Sudáfrica).
¿Está usted de acuerdo? La verdad es que todos nos hemos encontrado más de una vez en un apuro o en una situación comprometedora. Sin embargo, nuestra reacción ante situaciones que nos empujan a ser deshonestos pondrá de manifiesto la clase de persona que somos. Por ejemplo, si lo que más nos interesa es quedar bien ante los demás, quizás excusemos una mala acción pensando que el fin justifica los medios. Pero cuando la verdad sale a la luz, hay que enfrentar las consecuencias de haber mentido. A continuación veremos algunos de sus malos efectos.
LA MENTIRA DESTRUYE LA CONFIANZA
La confianza es la base de toda relación, pues hace que sea estable y segura. Ahora bien, no surge de la noche a la mañana. Se consigue cuando las personas pasan tiempo juntas, tienen conversaciones sinceras y no son egoístas. Lo triste es que con solo una mentira, o cualquier acción similar, se puede destruir la confianza. Y una vez que se ha perdido, es muy difícil recuperarla.
¿Lo ha engañado alguna vez alguien muy cercano? En ese caso, usted se habrá sentido decepcionado, o hasta traicionado, lo cual es comprensible. Queda claro que la falta de honradez puede destruir hasta las relaciones más estrechas.
LA DESHONESTIDAD ES CONTAGIOSA
En un estudio realizado por Robert Innes, profesor de Economía de la Universidad de California, se vio que “la falta de honradez es contagiosa”. Es como un virus: cuanto más tiempo pasemos con alguien que miente, más probable es que también nosotros acabemos mintiendo.
¿Cómo podemos evitar el contagio? La Biblia nos puede ayudar. Lo invitamos a analizar algunos principios bíblicos.