EN PORTADA | ¿HA PERDIDO EL CONTROL DE SU VIDA?
El problema: Situaciones sin solución
¿SE LE ha desbaratado la vida por una enfermedad incurable, un divorcio o la muerte de un ser querido? Cuando uno se enfrenta a situaciones como estas, se siente impotente. Quizás piense que no puede hacer nada, solo soñar que las cosas cambien. Pero ¿qué puede hacer para volver a tomar el control de su vida?
EJEMPLO BÍBLICO: PABLO
En el primer siglo, el apóstol Pablo hizo muchos viajes en su obra misional. Todo terminó cuando fue injustamente arrestado y confinado en su casa durante dos años, custodiado por soldados. En lugar de caer en la desesperación, Pablo se centró en lo que sí podía hacer. Predicó y consoló a todo aquel que lo visitaba. Durante ese período, hasta escribió varias de las cartas que forman parte de la Biblia (Hechos 28:30, 31).
LO QUE HACE ANJA
En la página anterior, leímos que Anja apenas sale de casa. “El cáncer ha cambiado mi vida por completo —comenta—. No me puedo arriesgar a enfermarme, así que salir de casa para trabajar o tener vida social es algo del pasado.” ¿Qué hace Anja para enfrentar estas circunstancias? Ella responde: “La clave fue cambiar mi rutina. Tomando en cuenta mis limitaciones, puse en orden mis prioridades y ajusté mi horario. Todo esto me ayuda a sentir que tengo el control de mi vida”.
“He aprendido a adaptarme a cualquier situación.” (Palabras del apóstol Pablo en Filipenses 4:11, La Palabra de Dios para Todos)
LO QUE USTED PUEDE HACER
Si le afecta algo que no tiene solución, intente lo siguiente:
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Concéntrese en lo que sí puede hacer. Por ejemplo, tal vez tenga poco control sobre su salud, pero ¿podría hacer algo de ejercicio, consumir alimentos sanos y descansar lo suficiente?
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Decida qué le gustaría lograr de ahora en adelante. Vaya poco a poco, y no intente hacerlo todo de una vez. Dedique cada día algún momento a los objetivos que se ha propuesto.
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Manténgase ocupado. Aunque sea, haga tareas sencillas, como limpiar la mesa o lavar los platos. Cuide también su apariencia. Atienda los asuntos más importantes por la mañana. Todo eso le hará sentir útil.
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Piense en las posibles ventajas que tiene ahora. Por ejemplo, ¿le permiten sus circunstancias actuales comprender mejor cómo hacer frente a los problemas? En ese caso, ¿podría ayudar a otras personas?
En resumen: Tal vez no pueda controlar sus circunstancias, pero sí puede controlar cómo reacciona a ellas.