La gota: causas y factores de riesgo
La gota: causas y factores de riesgo
LA GOTA es una de las formas más frecuentes de artritis y puede ser extraordinariamente dolorosa. “Es un trastorno del metabolismo del ácido úrico”, explica el libro Arthritis. Y añade que “se trata de una enfermedad con una causa claramente definida: la presencia de cristales de ácido úrico en el líquido sinovial de una articulación [...], especialmente en el dedo gordo del pie”.
El ácido úrico es un producto de desecho que circula en la sangre y se origina de la degradación de unas sustancias llamadas purinas. Al acumularse, debido generalmente a eliminación defectuosa a través de la orina, forma cristales parecidos a agujas en la articulación de la base del dedo gordo del pie, aunque puede atacar otras articulaciones. La articulación se inflama y se pone caliente al tacto, y el dolor es muy intenso. * “Un simple roce me produce punzadas insoportables”, dice Alfred, quien padece gota.
“Si se deja sin tratar, un ataque de gota normalmente dura una semana —dice un volante informativo publicado por Arthritis Australia—. Es posible que pasen meses o hasta años antes de que sobrevenga otro episodio. La ausencia de un tratamiento adecuado puede llevar a ataques más frecuentes y violentos, y a que las articulaciones sufran daño permanente. En ocasiones se vuelve crónica.”
La gota es una de las formas de artritis más tratables. El tratamiento, por lo general, se basa en el empleo de antiinflamatorios no esteroides y, en casos recurrentes o severos, de alopurinol, fármaco que inhibe la formación de ácido úrico. ¿Es posible prevenir las recurrencias? Sí, si el paciente está al tanto de los factores de riesgo.
Factores precipitantes
Los principales factores de riesgo son la edad, el sexo y la genética. Según expertos, más del 50% de los gotosos tienen antecedentes familiares. “Mi padre y mi abuelo sufrían de gota”, cuenta Alfred, citado antes. La enfermedad ataca predominantemente a los hombres, en especial de entre 40 y 50 años. De hecho, los varones tienen de tres a cuatro veces más probabilidad de padecerla que las mujeres, en quienes rara vez se manifiesta antes de la menopausia.
La obesidad y la dieta. La Encyclopedia of Human Nutrition dice: “El manejo dietético de la gota ya no se centra en la restricción de alimentos ricos en purinas, sino en el tratamiento de los trastornos metabólicos comúnmente asociados a la enfermedad: la obesidad, el síndrome de resistencia a la insulina y la dislipidemia”, es decir, la concentración anormal de lípidos en la sangre, como el colesterol.
Sin embargo, algunos especialistas también recomiendan reducir el consumo de alimentos con alto contenido de purinas, tales como la levadura, ciertos pescados y varias carnes rojas. *
El alcohol. El exceso de alcohol inhibe la expulsión del ácido úrico, el cual va acumulándose en el organismo.
Afecciones. La Clínica Mayo, de Estados Unidos, explica que la gota puede ser desencadenada por ciertas afecciones, como “la presión alta no tratada, y por alteraciones crónicas como la diabetes, niveles elevados de grasa y colesterol en la sangre (hiperlipidemia) y el estrechamiento de las arterias (arteriosclerosis)”. También está ligada a “una enfermedad o lesión súbita y grave, y a la inmovilidad producida por el reposo en cama”, así como a trastornos renales. El dedo gordo del pie es un blanco principal debido a que en la zona hay poca circulación y la temperatura es más baja, dos condiciones que contribuyen a la acumulación de ácido úrico.
Medicamentos. Entre las sustancias que incrementan el riesgo de gota figuran los diuréticos tiazídicos (que aumentan la eliminación de agua del cuerpo, empleados por lo común para tratar la presión alta), la aspirina de baja dosis, los fármacos antirrechazo (que reciben los receptores de trasplantes) y los fármacos utilizados en quimioterapia.
Cinco claves para reducir el riesgo
En vista de que los ataques de gota están vinculados al estilo de vida, las siguientes recomendaciones pueden disminuir el riesgo de nuevas crisis. *
1. Como la gota es un trastorno del metabolismo, quien la padece debe esforzarse por mantener un peso saludable limitando el consumo de calorías. La obesidad aumenta la presión sobre las articulaciones que soportan el peso del cuerpo.
2. Cuidado con las dietas demasiado estrictas y la pérdida rápida de peso, que pueden elevar temporalmente los niveles de ácido úrico en la sangre.
3. No consuma cantidades excesivas de proteína animal. Algunos recomiendan un límite de 170 gramos (6 onzas) diarios de carne magra, incluidos la carne de ave y el pescado.
4. Si toma bebidas alcohólicas, hágalo con moderación. En caso de que sufra una crisis, evítelas por completo.
5. Beba una gran cantidad de líquidos no alcohólicos. Estos contribuyen a diluir el ácido úrico y a expulsarlo del cuerpo. *
Las medidas preventivas antes mencionadas nos recuerdan el consejo bíblico de ser “moderado[s] en los hábitos” y “no dados a mucho vino” (1 Timoteo 3:2, 8, 11). No cabe duda de que nuestro amoroso Creador sabe qué es lo que más nos conviene.
[Notas]
^ párr. 3 Hay otra enfermedad que presenta síntomas parecidos y es debida a la acumulación de cristales de pirofosfato cálcico en las articulaciones, específicamente en el suave revestimiento cartilaginoso de las extremidades de los huesos. Se denomina pseudogota y precisa un tratamiento distinto.
^ párr. 9 Según un artículo publicado en Australian Doctor, “no se ha demostrado que la ingesta de [...] setas y de vegetales ricos en purinas (como los frijoles, las lentejas, los guisantes, la espinaca y la coliflor) esté asociada con un aumento en el riesgo de gota aguda”.
^ párr. 14 Este artículo no pretende ser una guía médica. Cada paciente necesita un tratamiento personalizado. Además, no se deben suspender los medicamentos ni realizar cambios drásticos en la dieta sin consultar primero al médico.
^ párr. 19 Esta información está basada en las recomendaciones de la Fundación Mayo para la Enseñanza e Investigación Médica.
[Ilustraciones de la página 24]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Articulación inflamada
Sinovia
[Ilustración]
Acumulación de cristales de ácido úrico