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La flor más grande del mundo

La flor más grande del mundo

La flor más grande del mundo

“¡VENGA, señor, venga conmigo, una flor gigante, hermosa, espectacular!”, le dijo entusiasmado el guía a Joseph Arnold, quien se encontraba en medio de una expedición botánica en la isla indonesia de Sumatra. El científico inglés lo siguió y entonces vio algo que después calificaría de “sencillamente extraordinario”. Se trataba de una flor única. Casi doscientos años más tarde, la flor que aquel botánico observó durante su expedición de 1818 —la magnífica raflesia⁠— es aún reconocida como la flor más grande del mundo.

Existen decenas de especies de raflesias —todas las cuales crecen exclusivamente en las selvas del sureste asiático⁠—, y siguen descubriéndose más. La variedad que produce la flor de mayor tamaño es la Rafflesia arnoldii, que debe su nombre a Joseph Arnold y a su compañero de expedición, sir Thomas Stamford Raffles, quien fue fundador y gobernador de Singapur. Sin embargo, por hermosa que sea, no es precisamente la flor que uno buscaría incluir en un ramillete.

Para empezar está su tamaño. La raflesia puede alcanzar hasta un metro (3 pies) de diámetro —más o menos como un neumático de autobús⁠— y pesar unos 11 kilos (24 libras). * Está formada por cinco pétalos gruesos y carnosos color marrón rosado, tapizados de abultamientos pálidos parecidos a verrugas. Los pétalos convergen en un gran agujero que semeja una vasija y puede contener hasta 6 litros (13 pintas) de agua.

En segundo lugar está su aroma. Un explorador dijo con toda franqueza que olía peor que “un cadáver de búfalo en avanzado estado de descomposición”. Su pestilencia le ha ganado, con justa razón, los nombres de flor cadáver y lirio hediondo. * No extraña que las moscas carroñeras sean sus principales polinizadores, pues encuentran irresistible el hedor.

La raflesia carece de tallo, hojas y raíces; es parásita y vive en el interior de las raíces y troncos de diversas plantas leñosas que medran en el suelo de la selva. Cuando un nuevo brote atraviesa el tronco de su huésped, se hincha hasta alcanzar el tamaño de una calabaza grande, proceso que toma unos diez meses. Entonces, en el curso de varias horas, los pétalos carnosos se abren hasta revelar toda su gloria. Dentro del agujero central hay unas protuberancias en forma de espinas. Aunque no se conoce bien su función, algunos investigadores creen que ayudan a distribuir el calor y, de este modo, intensificar el mal olor.

Su extraña belleza, sin embargo, es efímera: a los pocos días, la flor muere y se pudre, dejando atrás solo una masa negra y gelatinosa.

La Rafflesia arnoldii está en peligro de extinción. ¿Por qué? La flor macho y la flor hembra deben estar cerca una de la otra para que ocurra la polinización. Ahora bien, la mayoría de los brotes no florecen o no alcanzan la madurez debido a que se los emplea en la medicina tradicional y en la cocina. Esto ha llevado a una reducción drástica en el número de plantas silvestres. Otra grave amenaza es la incesante destrucción de su hábitat natural, la selva tropical.

Observar una raflesia es una experiencia única. Su tamaño es impresionante; su aroma, inolvidable (dicho de forma suave), y su forma y color, extraordinarios. Pero la flor más grande del mundo es solo una de las infinitas y extraordinarias obras maestras de nuestro Creador. Con razón dice Salmo 104:24: “¡Cuántas son tus obras, oh Jehová! Con sabiduría las has hecho todas. La tierra está llena de tus producciones”.

[Notas]

^ párr. 4 Algunas especies producen flores de apenas 10 centímetros (4 pulgadas) de diámetro.

^ párr. 5 El aro gigante (Amorphophallus titanum) también es conocido como la flor cadáver, por lo que a veces se lo confunde con la raflesia (véase ¡Despertad! del 22 de junio de 2000, página 31).

[Mapa de la página 17]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

MALASIA

SUMATRA

[Ilustración de la página 17]

Capullo de raflesia a punto de abrirse