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“¡Pero qué narizota!”

“¡Pero qué narizota!”

“¡Pero qué narizota!”

ESA es una de las reacciones más comunes de la gente al ver por primera vez a un mono narigudo macho con su carnosa nariz colgante. * Y no es para menos: la probóscide, o prolongación de la nariz, de este mono —también llamado násico⁠— puede alcanzar en algunos casos los 18 centímetros (7 pulgadas) de largo, casi una cuarta parte de la longitud de su cuerpo. Además, como le cuelga sobre la boca y la barbilla, se ve obligado a hacerla a un lado para comer. Si nosotros tuviéramos una nariz de esas mismas proporciones, nos llegaría casi a la mitad del pecho.

¿Para qué sirve semejante nariz? * Hay varias teorías. Una dice que permite disipar el exceso de calor corporal; otra, que le añade resonancia a la voz, y hay quienes piensan que es una señal de advertencia para los machos rivales; de hecho, se pone rojiza y se infla cuando el mono se enoja o se agita. Cabe también la posibilidad de que sea un elemento de atracción sexual ¡y que les derrita el corazón a las hembras! Lo más probable, sin embargo, es que cumpla funciones múltiples, algunas de las cuales quizás se desconozcan.

¡Y, además, barrigón!

El narigudo también tiene una barriga peculiar. Tanto machos como hembras parecen estar constantemente preñados, pues su estómago pesa hasta un cuarto del total corporal. ¿Por qué es tan pesado?

Porque, al igual que el de la vaca, está lleno de una mezcla caldosa de bacterias y vegetación. Las bacterias fermentan el alimento y descomponen la celulosa y ciertas toxinas que matarían a otros animales. Gracias a este sorprendente sistema digestivo, el mono narigudo puede comer hojas, así como las semillas y los frutos no azucarados de legumbres, palmas y otras plantas, alimentos con los que no podrían vivir otros primates con estómagos diferentes.

Sin embargo, este eficaz sistema tiene una debilidad: el narigudo debe abstenerse de frutos azucarados, pues como se fermentan demasiado rápido, le hincharían tanto la barriga que podrían causarle una muerte dolorosa.

Debido a su dieta rica en celulosa y a su estómago complejo, este simio pasa gran parte del tiempo digiriendo los alimentos. Así que después de un suculento desayuno toma una siesta —que puede durar varias horas⁠— antes de volver a comer.

Un animal social

Sea que esté comiendo o descansando, el narigudo rara vez se encuentra solo. El macho dominante llega a tener un harén de hasta ocho hembras con sus crías y expulsa a los machos jóvenes en cuanto son capaces de valerse por sí mismos. Estos buscan la compañía de otros jóvenes y forman manadas que cuentan, a su vez, con uno o dos machos de mayor tamaño. Dichos grupos podrían pasar por harenes para el lego en la materia.

El narigudo tiene una característica social muy particular: los harenes suelen entremezclarse, sobre todo por las noches al reunirse en los árboles que bordean los ríos. El macho dominante —que puede alcanzar los 20 kilos (45 libras) de peso⁠— realiza exhibiciones de fuerza si siente que otro macho muestra interés en sus hembras. Por lo común, se apoya en sus cuatro patas, se inclina hacia delante con la boca bien abierta y clava la vista en su rival. “Si eso no logra el efecto deseado —comenta el libro Proboscis Monkeys of Borneo (Los monos narigudos de Borneo)⁠—, rompe a saltar inesperadamente de árbol en árbol a la vez que emite fuertes gruñidos. Además, cuando cae en ramas secas, estas se resquebrajan ruidosamente bajo el peso, añadiendo al alboroto general.” Llegan a darse peleas reales, pero parece que solo de vez en cuando.

Sigue diciendo el libro: “Los narigudos no solo son de aspecto raro, sino que producen los ruidos más extraños”, mezcla de gruñidos, rugidos y aullidos, sobre todo cuando están en los ríos al atardecer. En medio del escándalo, las madres suelen ocuparse calladamente de sus crías de cara azulada, alimentándolas y acicalándolas. Al final, cuando la oscuridad se apodera de la selva, la manada busca sitios confortables en los árboles de las riberas, sobre todo en los más altos, para pasar la noche.

Y encima de todo, patas membranosas

Además de la nariz, el narigudo tiene otra singularidad: sus patas son parcialmente membranosas. Dicha característica no solo le hace más fácil nadar, sino que le permite caminar con seguridad sobre el fango de los manglares donde habita. Hablando de manglares tropicales, es fácil asociarlos con cocodrilos. Los cocodrilos abundan en los terrenos del narigudo. ¿Cómo evitan estos monos, que viven cerca del agua, servirles de banquete?

Una estrategia es atravesar el río silenciosamente en fila, nadando como hacen los perros y perturbando lo menos posible el agua. Ahora, si el río no es muy ancho, cambian de táctica: se trepan a lo alto de un árbol, a 9 metros (30 pies) o más del suelo, corren por una de las ramas y saltan con fuerza al vacío. Caen de barriga en el río y nadan lo más rápido posible hasta cubrir el trecho restante y alcanzar la orilla. Esta técnica la usan incluso las madres con sus crías al hombro. En ocasiones, la manada entera salta al agua y nadan como locos hasta tierra seca. Sin embargo, el cocodrilo no es su mayor enemigo.

Especie en peligro de extinción

El mono narigudo integra la lista de especies en peligro de extinción. Quedan apenas unos cuantos miles de ejemplares en libertad, y la cifra sigue disminuyendo, sobre todo por culpa del hombre. Entre otras actividades humanas dañinas están los incendios, la tala, el turismo no regulado y la deforestación para dar lugar a plantaciones de palmera de aceite. También está la amenaza de la cacería. Hay quienes los matan por puro deporte, mientras que otros lo hacen para alimento o para usarlos en medicina tradicional. El hecho de que estos primates duerman a la vista, trepados en los árboles de las riberas, los convierte en blanco fácil. En una zona frecuentada por cazadores en lanchas de motor, la población disminuyó a la mitad en cuestión de cinco años.

En Borneo el narigudo está protegido por ley, y los conservacionistas están tratando de crear conciencia pública sobre su difícil situación. ¿Bastarán esas medidas? Solo el tiempo lo dirá. Sería una verdadera tragedia que desapareciera de su hábitat natural, pues es todo un compendio de rarezas. Además, difícilmente sobrevive en cautiverio.

El mono narigudo es una de las tantas criaturas cuyo futuro parece gris. Muchas otras especies ya se han extinguido. Afortunadamente, Dios se propone tomar las riendas de nuestro planeta, eliminar a la gente mala y enseñar a su pueblo a administrar como se debe el hogar que les ha dado (Proverbios 2:21, 22). “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña —promete Jehová Dios⁠—; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar.” (Isaías 11:9.)

[Notas]

^ párr. 2 El mono narigudo habita en la isla de Borneo. Los locales lo llaman orang belanda, o “el holandés”.

^ párr. 3 La hembra también es narigona, pero no tanto como el macho.

[Ilustración de la página 12]

Los narigudos tienen una nariz y una barriga muy peculiares

[Reconocimiento]

© Peter Lilja/age fotostock

[Ilustración de la página 13]

Como la nariz del macho le cuelga sobre la boca, tiene que hacerla a un lado para comer

[Reconocimiento]

© Juniors Bildarchiv/Alamy

[Ilustración de la página 14]

Sea que esté comiendo o descansando, el narigudo rara vez se encuentra solo

[Reconocimiento]

© Peter Lilja/age fotostock