El reloj del abuelo
El reloj del abuelo
● Parece que el reloj mecánico se inventó en China hace más de novecientos años. Desde entonces, los relojes han experimentado muchas mejoras. A mediados del siglo XVII tuvo lugar una de las más destacadas: la incorporación del péndulo. Gracias a esta revolucionaria innovación, los relojes mecánicos se volvieron tan exactos que su esfera, o cara, pudo contar con una característica añadida, el minutero. Como es lógico, el nuevo diseño —con péndulo, pesas y un mecanismo relativamente pesado— requería de una caja resistente y vertical. Así nació el que llegaría a conocerse en muchos países como reloj de pie, o reloj del abuelo. Según un experto, “era muy confiable y razonablemente exacto incluso en condiciones adversas”. *
En un principio, estos valiosos relojes solo se fabricaban en grandes ciudades europeas, como Londres y París. Sin embargo, su producción se extendió poco a poco hasta los rincones más remotos del continente europeo, y los estilos artísticos locales comenzaron a embellecer el diseño básico. Su forma podía ser curva o recta, estilizada o voluminosa. Podía estar hecho de pino, ébano, caoba, roble o nogal, y la caja podía ser sencilla o con adornos. Así, el reloj del abuelo ganó popularidad, no solo por su mayor precisión, sino porque se integraba con elegancia en el decorado de cualquier sala.
Tal vez exista otra razón para que la gente siga encontrando fascinante y atractivo el reloj del abuelo. En cierta manera, parece humano. “Tiene la altura de una persona de término medio y una cara expresiva”, señala la investigadora finlandesa Sinikka Mäntylä. Y su audible tic-tac hasta se parece al latido de un corazón. En la actualidad, la mayoría de estas obras maestras de gran tamaño han sido sustituidas por relojes de cuarzo exactos y baratos. Pero incluso en nuestros ajetreados tiempos, la presencia del reloj del abuelo sigue inspirando tranquilidad. El libro Keeping Time—Collecting and Caring for Clocks (Dar la hora. Coleccionismo y cuidado de relojes) comenta: “Con su sonido constante y pausado, un reloj de pie puede infundir cierta calma al espíritu, y nos transporta a lo que consideramos una época más sosegada”.
[Nota]
^ párr. 2 Se dice que el nombre reloj del abuelo que reciben los relojes de pie en muchos países proviene de una canción popular de 1876 titulada “El reloj de mi abuelo”.
[Ilustración de la página 19]
Reloj que data posiblemente de principios del siglo XIX