“Debemos frenar la tendencia general al egoísmo”
“Debemos frenar la tendencia general al egoísmo”
● GIBRALTAR, en el extremo sur de la península ibérica, ha sido testigo de innumerables sitios e invasiones durante su agitada historia. Pero un fin de semana de octubre de 2008, la ciudad contempló una pacífica “invasión” de cerca de mil españoles. Llegaron para levantar un Salón del Reino, donde se reunirían las dos congregaciones de los testigos de Jehová del lugar.
El primer ministro del gobierno dijo a ¡Despertad! que Gibraltar daba una cordial acogida a todos porque estaban “contribuyendo a la mejora de la comunidad”. Y subrayó: “Los testigos de Jehová ostentan el récord en Gibraltar por haber convocado a la mayor cantidad de trabajadores en una sola construcción, y todos ellos voluntarios”.
Las autoridades apoyaron el proyecto desde el mismo principio, brindando un terreno adecuado para edificar este lugar de culto. ¿Qué motivó esta generosidad cívica?
“Creo que el sentimiento religioso es un rasgo positivo en cualquier sociedad —comentó el primer ministro—. Todas las religiones cuentan en Gibraltar con el derecho constitucional de libertad de culto, de modo que el gobierno tiene la obligación moral de no discriminar por motivos religiosos. Además, darles a los testigos de Jehová un terreno para que construyan su lugar de culto es invertir en la comunidad.
”Debemos frenar la tendencia general al egoísmo [...]. Y su equipo de entusiastas voluntarios ha demostrado que puede hacerse.”
A pesar de que un temporal retrasó el inicio de las obras, el Salón del Reino se terminó el lunes, el tercer día de construcción. “La mayoría de los voluntarios estuvieron dispuestos a quedarse en Gibraltar un día más para los detalles finales —explicó Secundino Nogal, supervisor de la obra—. Estamos acostumbrados a superar dificultades. Nuestro método de construcción exige flexibilidad. Pero sobre todo, exige sacrificio, y por eso nos reporta tanta satisfacción.” *
[Nota]
^ párr. 7 El periódico Gibraltar Chronicle dijo: “En un fin de semana en que los elementos mostraron su cara más destructiva, los testigos de Jehová de Gibraltar [...] terminaron su templo [Salón del Reino] en solo tres días, gracias a la colaboración de un ejército de voluntarios”.