Matrimonios en crisis
Matrimonios en crisis
“¡Ya no aguanto más!” ¿Ha oído quejas de este tipo sobre el matrimonio? Si usted, lector, es una persona casada, ¿se ha sentido así alguna vez?
MILES de parejas inician su matrimonio con la esperanza de ser siempre felices, tanto los que se casan muy enamorados como los que lo hacen llevados por la pasión. Una consejera matrimonial comenta que para cuando muchas parejas acuden a su consulta, están “sumidas en una profunda desesperación. Están decepcionadas de su cónyuge, del matrimonio, y ya no creen en el amor y, en ocasiones, ni siquiera en la vida”. A menudo, el certificado de matrimonio y la vivienda es casi lo único que tienen en común.
Algunos matrimonios viven cada vez más estresados y angustiados. Los trabajos exigentes, los turnos cambiantes y las jornadas de muchas horas pueden desgastar emocionalmente hasta a los matrimonios más enamorados. El amor y el respeto también pueden verse afectados por las dificultades económicas, los retos de criar a los hijos, las mudanzas, los cambios de trabajo y los problemas de salud. En pocas palabras, las diversas situaciones que surgen con el paso del tiempo pueden crear la clase de tensión que acaba distanciando a las parejas.
Muchas madres de familia tienen dos “trabajos de tiempo completo”: uno en casa y otro fuera. Agobiadas con tanto que hacer, se centran en el empleo y el cuidado de los hijos y desatienden todo lo demás. Entre la tensión y el agotamiento, a los cónyuges apenas les queda tiempo para estar juntos. A muchos les da la sensación de que están siendo arrastrados hacia un torbellino de desengaño y distanciamiento. ¿Por qué están bajo semejante presión tantos matrimonios? ¿Qué puede hacer usted para que su matrimonio sea feliz?