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De nuestros lectores

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¿Crecen los niños demasiado deprisa? La serie “¿Crecen hoy los niños demasiado deprisa?” (22 de abril de 2003) estaba muy bien redactada. Me ayudó a entender por qué he tenido algunos problemas. Tuve una niñez triste, y estoy totalmente de acuerdo en que lo más prudente es dejar que los niños crezcan a su propio paso.

S. M., Japón

Los artículos me conmovieron profundamente. Me crié en una familia monoparental, y pasé muchas noches sin dormir oyendo a mi madre llorar por sus preocupaciones. No sé qué habría sido de mí de no ser por la congregación cristiana. Les agradezco su amoroso empeño por proporcionarnos alimento espiritual.

D. B., Estados Unidos

Tengo 11 años y siempre he querido crecer deprisa. Esta información me enseñó la importancia de valorar mi niñez mientras aún la tengo.

G. M., Estados Unidos

Puedo identificarme con Carmen y su hermana. Aunque no escapé de mi casa como ellas, sí tuve padrastros violentos y una madre negligente. Dado que mis padres abusaban de las drogas, con apenas 10 años de edad me vi obligado a criar a mis hermanos menores. Como es obvio, eso me creó mis propios problemas. Estoy eternamente agradecido a Jehová por la ayuda que me ha dado a lo largo de los años.

D. S., Estados Unidos

El erizo Soy la directora de la British Hedgehog Preservation Society, dedicada a la conservación del erizo, y me encantó leer el maravilloso artículo “El espinoso erizo de campo” (22 de abril de 2003). La redacción era notable por su belleza y exactitud, a diferencia de muchos artículos de otras publicaciones.

F. V., Gran Bretaña

Muchísimas gracias por la revista ¡Despertad! Mi madre siempre me anima a leer las revistas. Y una vez que empiezo, sigo leyendo, a veces hasta una hora. Hay tantos artículos que me encantan, como “El espinoso erizo de campo”. Tengo 15 años. Sigan con su excelente labor.

K. G., Estados Unidos

La adopción Les doy las gracias por el oportuno artículo “Los jóvenes preguntan... ¿Por qué tuve que ser un hijo adoptivo?” (22 de abril de 2003). Las circunstancias obligaron a mi hija a dar su bebé en adopción, y eso me ha causado grandes remordimientos. La información llegó justo a tiempo. Ya le envié el artículo a mi hija.

E. D., Guyana

Les escribo para expresarles mi profundo agradecimiento por los oportunos artículos sobre la adopción que aparecieron en los números del 22 de abril y 22 de mayo. Hace poco, mi esposo y yo adoptamos a un bebé y, con el tiempo, queremos usar la información para que nuestro hijo sepa y comprenda cuánto lo amamos Jehová Dios, su papá y yo.

S. R., Estados Unidos

Gracias, muchas gracias por el artículo sobre la adopción. Tengo 47 años, y hasta la fecha sigo sufriendo. Mis padres adoptivos —a quienes amo y respeto enormemente— fueron incapaces de cubrir mis necesidades de amor y ternura. Nunca supe lo que era un verdadero abrazo o un beso, aun cuando los pidiera, y el rechazo fue muy duro para mí. De todos modos, el artículo me consoló y alentó en gran manera.

D. H., Estados Unidos