¿Quién traerá paz perdurable?
¿Quién traerá paz perdurable?
¿POR qué no contesta Dios las oraciones por la paz que realizan los dirigentes de las religiones de este mundo? La Biblia ofrece una fascinante respuesta a esta pregunta. No se trata de que al Creador no le interese la paz. Por el contrario, la anhela mucho más que los clérigos que rezan por ella. De hecho, ha adoptado medidas definidas para instaurarla. Ya ha dado varios pasos decisivos hacia ese fin y ha manifestado al hombre Sus intenciones. Por desgracia, las citadas religiones prescinden en su mayor parte de tales declaraciones divinas.
Hace siglos, Dios prometió que vendría una “descendencia”, un gobernante cuya identidad aclaró progresivamente en la Biblia (Génesis 3:15; 22:18; 49:10). El profeta Isaías, bien conocido por sus extraordinarias profecías mesiánicas, señaló que dicho Gobernante prometido sería el “Príncipe de Paz” de todo el planeta y que bajo su dominio “la paz no [tendría] fin” (Isaías 9:6, 7). Este Rey celestial eliminará la maldad y convertirá la Tierra en un paraíso donde, en vez de la injusticia, la enfermedad, la miseria y la muerte, imperarán la paz y la vida eterna (Salmo 72:3, 7, 16; Isaías 33:24; 35:5, 6; Daniel 2:44; Revelación [Apocalipsis] 21:4). ¿Cuándo ocurrirá el mencionado cambio?
La paz mundial está muy próxima
Jesús indicó a sus discípulos que durante el período que precedería al fin de este perverso sistema mundial y al comienzo de una nueva sociedad humana tendría lugar un conjunto de sucesos que estremecerían al mundo (Mateo 24:3, 7-13). Es cierto que muchos de ellos —por ejemplo, las guerras, las hambrunas y los terremotos— han ocurrido de vez en cuando a lo largo de los siglos; sin embargo, nunca se han visto simultáneamente ni a escala internacional, como en nuestra era, ni tampoco han tenido consecuencias tan desastrosas, provocadas por la mayor densidad demográfica de nuestros tiempos.
Otro aspecto predicho en la Biblia es la destrucción implacable del medio ambiente a manos Revelación 11:18). Además, antes de que llegue el fin prometido se ha de dar la debida advertencia en todo el mundo, para lo cual se tienen que predicar las “buenas nuevas del reino”. Hoy, los testigos de Jehová realizan esta labor en todo el planeta (Mateo 24:14).
del hombre (El cumplimiento de estas profecías constituye una buena noticia para las personas fieles. En el predicho nuevo mundo, que está a las puertas, reinará la paz absoluta, lo que garantizará la erradicación definitiva del odio y el terrorismo. En efecto, la Palabra de Dios dice: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar” (Isaías 11:9).
Oraciones que Dios escucha
Hablar con Dios no es un acto inútil ni un rito vano. De ningún modo. En la Biblia se le llama a Jehová el “Oidor de la oración” (Salmo 65:2). Por consiguiente, en todo momento escucha a un sinfín de personas sinceras de este planeta. Ahora bien, ¿hay algunos requisitos que deban satisfacerse para que él nos atienda? Las Escrituras muestran que las personas de corazón recto deben aprender las verdades bíblicas referentes a Dios, obrar en consecuencia con ellas y convertirse en “verdaderos adoradores”, los cuales sirven al Creador “con espíritu y con verdad” (Juan 4:23). Sin embargo, él no otorga las peticiones de quienes no respetan Su voluntad: “El que aparta su oído de oír la ley [divina]... hasta su oración es cosa detestable” (Proverbios 28:9).
Es lamentable que muchos líderes religiosos no enseñen el propósito divino de traer la paz ni oren por ello. Por el contrario, rezan para que los gobiernos humanos solucionen los problemas, pese a que la Palabra de Dios señala con toda claridad que “no [le] pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23).
Las profecías indican que “en la parte final de los días” —es decir, en la era actual—, los que aman la paz acudirían a “la montaña de la casa de Jehová” —que simboliza la adoración verdadera— y efectuarían grandes cambios en su vida: “Tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra” (Isaías 2:2-4).
¿Existe algún grupo de fieles que vivan en conformidad con estas palabras, o sencillamente se limitan todas las religiones a hablar de la paz al tiempo que fomentan la guerra? Le exhortamos a que la próxima vez que se encuentre con algún testigo de Jehová, converse con él sobre el tema de la paz y le pida información sobre la religión que enseña a vivir en paz con todos.