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Observando el mundo

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“Galeotes” modernos

“Decenas de miles de marineros de barcos mercantes reciben trato de esclavos”, denuncia el periódico International Herald Tribune. Un informe de la Comisión Internacional de la Marina Mercante revela que ‘las condiciones son inseguras y los horarios, excesivos; que no se les pagan los salarios, tienen deficiencias nutritivas y padecen agresiones sexuales y palizas’. En ciertas embarcaciones, quien se queje o pida ayuda sindical se arriesga a ser puesto en “la lista negra” o incluso a ser arrojado por la borda. La mayoría de las víctimas de esta “esclavitud moderna” proceden de países en desarrollo y no pueden acceder a otra fuente de ingresos, dados los problemas económicos de sus países. De este modo, al ser “vulnerables, [...] los engañan y desvalijan”.

Se pierden “secretos de la naturaleza”

“La ONU calcula que hasta un 90% de las lenguas del mundo se podrían extinguir en los próximos cien años, y con ellas un sinnúmero de valiosas enseñanzas sobre la naturaleza”, según un despacho de la BBC News. La mayoría de los idiomas nativos con frecuencia transmiten de generación en generación un legado de tradiciones, cantos y leyendas que imparten lecciones valiosas sobre el medio ambiente y la vida animal. Por ejemplo, el pueblo turkana, en el noroeste de Kenia, observa desde hace siglos el comportamiento de ciertas aves para saber cuándo lloverá y determinar así el momento de la siembra. Si desaparece su idioma, se perderá el caudal de conocimientos acumulados durante muchas generaciones. Ya hay constancia de que han dejado de hablarse 234 lenguas autóctonas, y 2.500 corren grave peligro de extinción. “Los secretos de la naturaleza, encerrados en los cantos, las leyendas, el arte y las labores artesanales de los pueblos indígenas, podrían perderse para siempre”, afirma el documento de la ONU, y a la vez advierte de que, en consecuencia, habrá mayor riesgo de que las cosechas se malogren.

El papel sigue siendo el preferido

Hace más de un cuarto de siglo se predijo que el papel caería en desuso al generalizarse la computadora en las oficinas y recurrirse al almacenamiento electrónico de la información. No obstante, la demanda de este material sigue en aumento. Según el diario The Vancouver Sun, en 1999 los canadienses lo emplearon en fotocopiadoras y faxes un 25% más que en 1992, lo que equivale a “30 kilos [...] al año por cada canadiense, niños incluidos”. Una encuesta entre oficinistas reveló que, aunque usen inicialmente la computadora para visualizar la información, aún prefieren verla impresa. Según el citado periódico, ocurre lo mismo en el hogar, donde los niños son los “principales consumidores de papel”, pues quieren imprimir todas sus creaciones y cuanto ven en la pantalla.

La amenaza del crimen organizado

“Hoy día, las mafias internacionales representan para el ciudadano una amenaza mayor que la guerra.” Este hecho se destacó en un reciente congreso sobre el crimen transnacional, según informa la agencia France-Presse. Al tomar la palabra en el congreso, celebrado en Tokio, Pino Arlacchi, subsecretario general de la Oficina de las Naciones Unidas para el Control de Drogas y la Prevención del Delito, señaló: “El alcance y la intensidad del crimen internacional han traspasado los límites que están dispuestos a tolerar los gobiernos y la población en general”. Dijo que la actividad delictiva de más rápido crecimiento era el tráfico de seres humanos, en el que las mafias introducen ilegalmente por las fronteras hasta un millón de mujeres y niños, obteniendo enormes ganancias. “Ningún país puede hacer frente por sí solo al crimen internacional organizado —apuntó Bunmei Ibuki, anterior jefe político de los servicios policiales de Japón—. Por ello, cada día son más necesarias las instituciones regionales o internacionales que velan por el cumplimiento de la ley.”

Nuestro depósito de chatarra espacial

Desde el inicio de la aventura espacial, hace unos cuarenta años, la región que rodea la Tierra se ha ido convirtiendo en un depósito de chatarra. Según el diario mexicano The News, los casi cuatro mil cohetes lanzados hasta la fecha han dejado “en el espacio más de veintitrés mil objetos ‘observables’ de más de 20 centímetros de diámetro”. Parte de ellos (unos seis mil, con un peso conjunto de cerca de 1.800 toneladas) son desperdicios que, al chocar entre sí, han producido unos cien mil fragmentos. Estos no suponen peligro alguno para la Tierra, pero sí para los viajes espaciales dada la velocidad que llevan: un trocito de metal que se desplace a 50.000 kilómetros por hora podría cuartear la ventana de una estación espacial, agujerear un panel solar o perforar el traje de un astronauta durante un paseo espacial. “La NASA tiene en estudio el Proyecto Orión, una ‘escoba cósmica’ que eliminará la basura del cielo —señala The News—. La idea es bombardearla con láseres [...] para darle un pequeño empujoncito hacia la atmósfera terrestre, donde se consumiría sin causar daños.”

Aumenta la cantidad de gente sin techo

“En la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, la ONU reconoció que tener una morada digna era algo esencial. No obstante, más de medio siglo después no todos los ciudadanos tienen garantizado un hogar”, afirma BBC News. En el mundo hay cien millones de personas sin techo (incluidos más de treinta millones de niños), según un informe reciente de la ONU. Este organismo afirma que la situación va de mal en peor y achaca el problema principalmente a la urbanización acelerada de los países en desarrollo. En el sudeste asiático y en África, unos seiscientos millones de seres se hallan hacinados en pésimas viviendas, sin servicios higiénicos adecuados ni agua corriente. No obstante, las naciones más acaudaladas tampoco se escapan: más de setecientos mil estadounidenses deambulan por las calles, y en algunas regiones de Europa occidental, 12 de cada 1.000 habitantes carecen de domicilio.

¿‘Arte que se pierde’?

“El arte de robar billeteras se está perdiendo en Osaka” (Japón), pues “a la juventud ya no le interesa cultivarlo”, informa el vespertino Asahi Evening News. Un policía de la localidad explica que, dado que se necesitan varios años de práctica para dominar la técnica, los delincuentes jóvenes al parecer prefieren métodos más sencillos. Por ejemplo, los incidentes de bolsos arrebatados de un tirón aumentan de forma vertiginosa. El año pasado, un tercio de los sospechosos de hurto de billeteras detenidos en la prefectura de Osaka eran mayores de 60 años. El de más edad (78 años) fue aprehendido por duodécima vez cuando sacaba un estuche para anteojos del bolso de una anciana. “Tiene tan mala vista que lo confundió con un monedero”, explicó el investigador.

Conductores a los que imitarán

“Los padres deben tener presente su potencial influencia sobre los hijos tanto antes de que estos consigan la licencia de conducir como durante el aprendizaje”, señala Susan Ferguson, del Instituto de Seguros para la Seguridad Vial. De acuerdo con la revista New Scientist, ella y sus colaboradores revisaron los archivos de accidentes de 140.000 familias estadounidenses, comparando la situación de los chicos de entre 18 y 21 años de edad con la de sus padres. Se descubrió que, si los adultos habían sufrido tres o más accidentes en cinco años, la probabilidad de que el joven chocara era un 22% mayor que cuando estos no habían tenido ningún percance con el vehículo. El mismo patrón se advirtió con relación a las infracciones de tráfico, como ir con exceso de velocidad o pasarse los semáforos en rojo, con un 38% más de posibilidades de imitar a los progenitores. “Los padres deberían poner el ejemplo —declara Jane Eason, de la Real Sociedad para la Prevención de Accidentes, de Gran Bretaña—. Nunca es demasiado pronto para enseñarle a la gente seguridad vial.”

“El ser vivo más grande del mundo”

“El ser vivo más grande del mundo, que se arrastra casi sin ser visto a lo largo y ancho de los bosques de hoja perenne del este de Oregón, es un hongo llamado Armillaria ostoyae —apunta la revista National Wildlife—. Tiene al menos 2.400 años de edad y abarca más de 900 hectáreas (casi 1.700 campos de fútbol americano), según los científicos del Servicio Forestal de Estados Unidos que lo descubrieron.” Vive bajo tierra, se extiende con lentitud y suele valerse de las raíces de un árbol para pasar a otro. Sin embargo, según los guardas forestales, tiene un “lado oscuro”, pues como explica la revista, “Armillaria causa una enfermedad en las raíces que termina matando al árbol”.