EL PUNTO DE VISTA BÍBLICO
El cielo
El cielo es un tema del que se especula mucho y que genera bastante controversia. Sin embargo, lo que la Biblia enseña es muy diferente de lo que muchas personas creen.
¿Qué es el cielo?
LO QUE DICE LA GENTE.
Hay diferentes creencias sobre el cielo y su propósito. Veamos algunos ejemplos.
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Muchas personas que se consideran cristianas estarían de acuerdo con la definición que da del cielo la Enciclopedia de la Religión Católica. Según esta obra, es “la recompensa dada a los justos [...,] una estancia reservada a los bienaventurados”.
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Según el rabino Bentzion Kravitz, el judaísmo se centra más en el presente que en la vida después de la muerte. Pero explica que “en el cielo, el alma disfruta del mayor placer posible: estar más cerca de Dios que nunca antes”. Ahora bien, reconoce que “aunque los judíos creen en el cielo, la Torá habla muy poco sobre este tema”.
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Los hindúes y los budistas creen que el cielo tiene muchos niveles espirituales. Consideran que es un lugar de transición en el que el alma espera hasta que vuelve a nacer en la Tierra o se va al nirvana, un lugar superior al cielo.
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Algunas personas piensan que darle un carácter religioso al cielo es absurdo e infantil.
LO QUE ENSEÑA LA BIBLIA.
En las Escrituras, la palabra cielo tiene más de un significado. Veamos algunos ejemplos.
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Génesis 1:20 dice: “Que las aves vuelen sobre la tierra y crucen el cielo azul” (Traducción en lenguaje actual). En este versículo se refiere a la atmósfera terrestre, el cielo que vemos.
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Isaías 13:10 habla de las “estrellas de los cielos y sus constelaciones”, refiriéndose en este caso al espacio o universo.
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La Biblia también dice que la morada de Dios son “los cielos” y que hay “ángeles en el cielo” (1 Reyes 8:30; Mateo 18:10). Fíjese que en estos versículos, las palabras “cielos” y “cielo” no son una metáfora, sino un lugar real en el que habitan Dios y sus ángeles. a
“Mira desde el cielo y ve desde tu excelsa morada de santidad y hermosura” (Isaías 63:15).
¿Van todos los buenos al cielo?
La Palabra de Dios no enseña que la Tierra sea un hogar temporal hasta que nos llegue el momento de morir y vayamos al cielo. Más bien, enseña que Dios nunca quiso que muriéramos. Piense en lo siguiente:
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Dios le dijo a la primera pareja humana: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra” (Génesis 1:28). La Tierra iba a ser el hogar eterno del hombre, en donde viviría para siempre. Adán y Eva solo morirían si desobedecían a Dios. Lamentablemente, eso fue lo que hicieron (Génesis 2:17; 3:6).
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La primera pareja murió por su desobediencia, pero no solo ellos, también su descendencia (Romanos 5:12). ¿Habría alguna esperanza para la humanidad?
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La Biblia dice que “hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa” (2 Pedro 3:13). b Mediante su Reino, Dios cumplirá el propósito que tiene para la Tierra, y “la muerte no será más” (Revelación [Apocalipsis] 21:3, 4). Podemos estar seguros de que lo prometido en este pasaje se cumplirá en la Tierra, porque en el cielo nunca ha habido muerte. La Tierra fue creada para que viviéramos en ella y es donde deseamos vivir con nuestros seres queridos (Juan 5:28, 29).
A muchas personas les ha gustado aprender lo que la Palabra de Dios dice sobre el cielo. Por ejemplo, George, que era católico, dice: “Me tranquilizó aprender lo que la Biblia enseña sobre vivir para siempre en la Tierra. Me pareció más razonable que la idea de ir al cielo”. c
“En cuanto a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres” (Salmo 115:16).
a Dios es un espíritu, no tiene cuerpo físico (Juan 4:24). Por lo tanto, su lugar de residencia debe estar en una dimensión espiritual, no en el mundo físico.
b La “nueva tierra” no es un planeta nuevo. Más bien, esta expresión se refiere a la nueva sociedad humana que tiene la bendición de Dios y que vivirá en la Tierra (Salmo 66:4).
c La Biblia dice que bajo el Reino de Dios una cantidad reducida de personas, solo 144.000, irán al cielo para gobernar junto con Jesucristo (1 Pedro 1:3, 4; Revelación 14:1).